lunes, 10 de septiembre de 2012

Electrical Storm.

Estuvo bien.

Estuvo bien aquella noche de liquido verde que me puso la voz ronca, y de preparar una canción con mi música que nunca llegó a sonar. Fernet a medias, y cerveza a medias. Y ginebra a medias. Y taxi y bus de vuelta a casa.

Y ese día que odiaste tanto, y aquel que yo llegué borracha y me miraste y no hizo falta decir más. El ascensor y Vetusta. Pelearnos por U2. Y "Lo de siempre"..y que te lo traigan. El "no te oigo".Esperar. Y tu nombre. Y mi nombre (sin diminutivos). Y el gol que me dedicaste ("Siempre quise un novio que me dedicara goles".... "Haré como Kaká y será para ti")  que no pude ver.
Y tu perro. Y Oriente. Y el rimmel corrido y chocar las manos.
El "qué mala cara tienes" cuando nunca hubo una mentira tan grande.

Y las magdalenas del café de la muerte, y las piezas al 50%. Y los cascos al 50%. Y los kinder buenos (también al 50%).

Menea y hornea. Y Pablo y el bombero sin camisetas con mangas.
Las Vistillas con Carlos. San Cayetano. Los pasodobles. La limonada. Esa noche.

Y las cervezas (en terrazas, en Mcdonalds. En la calle.En chez Tripi) y Aerosmith.
Y el zumo de naranja y comedias a medias de resaca.

Y la escalera.

Fuiste bastante más hábil que yo. No voy a negarlo.

Y no me importa porque "this too shall pass".


Pero,

lo que no voy a consentir es que nadie, nadie me niegue eso.

Eso que nadie más que tú y yo sabemos.

Y que, aunque quisiera, no voy a poder dejarte.



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