miércoles, 4 de enero de 2012

Nunca es tarde

¿Sabes de lo que me he dado cuenta en sólo una semana? Que estaba gris. Casi casi, podría decir que era gris (esa sutil diferencia que se pierde el mundo anglosajón con la difenrencia entre el ser y el estar). Sólo hizo falta un coche volando por un Madrid dormido y, sobre todo, un vaso de fanta limón, collares de espumillón y un par de tatuajes para darme cuenta de todo.

Me había perdido yo.
Entre la mierda y los días grises, y las sábanas limpias, y las ganas de verte. Entre el qué será mañana y el "seguramente será igual que ayer y que hoy". Me perdí. Y creía que lo que me hacías falta eras tú. Pero no.

Lo que me hacía falta era encontrarme. Reconocerme.

Pero hizo falta una copa de cava desmontable, unos zapatos de tacón traídos del olvido y sobre todo, una calle entre la niebla para darme cuenta de todo.

No quiero volver a ser ella. Quiero que la niebla esté fuera, y no dentro de mi.

Y sabes que es lo mejor que descubrí? La diferencia entre los dos y el porqué de tus risas y tu antipatía visceral.
Y aunque lamento no haberlo visto antes, me alegro de haberlo visto. Aunque sea tarde.

¿La diferencia?...esta canción.

Simplemente.