miércoles, 18 de septiembre de 2013

Á.

Sí crees que su nombre es bonito, que él es guapo...deberías verle de madrugada vestido sólo con la sonrisa.
Eso es para morirse de amor. 
Así estoy.
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Nochevieja solo, dice.
Habrá que pelearnos, digo.
De todos modos sé un sitio donde siempre terminamos ganando los dos.
(Pero no, solo no).

París, Berlín, casa.

Creo que nunca he dejado de dormir tanto por nadie y creo q no he visto nunca a nadie dormir tanto como a él. Desde que él llegó los calendarios, los relojes, las estaciones tienen otro ritmo y otro sentido. 
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Tenía una amiga en la facultad que siempre decía que ella se casaría con el hombre que la llevara a París. Él, que lo de París lo tiene en mente, me lleva primero a Berlín por azares del destino y me dice que quiere ver el mundo conmigo. 
Yo solo le sonrío y le digo que me da igual. Lo que no sabe es que todos mis planes, mis sueños, mis proyectos se quedan pequeños y sin brillo a su lado: la mayor sorpresa de mi vida ha sido él. 
Nunca pedí demasiado, o tal vez necesitaba cosas tan básicas que su carencia me impedía soñar más a lo grande (o mejor, más al estilo común): no sueño con un chalet con piscina, no me hacen falta vestidos de princesa, ni viajar a Nueva York ni un anillo de Tiffany's. Y yo se lo digo a él y él me dice que le da igual, que quiere darme todo lo que pueda... y yo sonrío y pienso "pobre, no sabe que solo le necesito a él". 

Un día, antes de conocernos, le conté una cosa que nunca jamás había contado a nadie y él, sin saberlo, me dijo la respuesta correcta, esa que siempre soñé que me dirían en algún momento de mi vida. Pero no solo me la dijo, sino que además, le creí. Y que aquellas palabras (que me ha repetido mil veces después sin que él sepa lo que significan de verdad para mi) eran una señal. Como lo de la boda en Las Vegas en Debod. Como "dieselgustazo". Como Madrid. 

La primera vez que estuve en casa (en la suya. En la nuestra) me puse mala. La segunda vez, también. Y no me dejó sola ni un solo segundo, estuviera donde estuviera. Y no creo que pueda olvidarle a él, aquel agosto, de pie mirándome con sonrisa tierna y asustada, o abrigándome como podía en su coche mientras se metía el sol entre el cielo naranja. 
Es un hombre especial. Es fuerte y serio y responsable y sin embargo yo le miro y solo quiero cuidarle. Supongo que porque en parte me recuerda a mi: somos dos cabezas de chorlito dentro de envoltorio de señores serios. Y cuando estamos juntos, nos damos permiso para reírnos mucho. Puede que todo lo que no nos reímos cuando nos tocó crecer. Y nos damos permiso para hacernos cosquillas. Y para hacer bromas internas que nadie más entendería. Yo nunca me he atrevido a ser yo hasta que ha llegado él. Y lo mejor es que creo que le gusto. 

Él dice que quiere un armario enorme para mi, un jardín en la terraza, una playa enorme solo para los dos. Y me lo dice de verdad, y con esa sonrisa que me pone blandita por dentro (cuando termine de leer el libro le entenderá que con él soy Coy. Que ya no necesito ser Tánger)  y que me contagia a mi. Y cuando me dice esas cosas, suelo acariciarle la barba y decirle "lo que tú quieras". Pero lo que pienso, lo que pienso de verdad es que lo único que quiero, lo que he siempre he querido...es a él. 

Cómo conocí a vuestra madre, de Iván Ferreiro. (Cuando contemos la verdad, la historia será preciosa....)

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Dice a veces que tiene miedo de perderme. Y yo no entiendo cómo no lo ve en mis ojos. Zahara, otra vez, tiene razón: él hizo desaparecer los hombres de la tierra.
  No puedo pensar ni imaginar a nadie mejor: los que antiguamente me encantaban, hoy pierden por goleada y penalty en el último minuto.  Con humillación. Con el árbitro comprado y ganado para la causa.
Es imposible.
Y él dice que a él le pasa igual,pero...es que él es muy guapo....

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Habla en sueños. No es un secreto. Una noche me dijo "te quiero" dormido. Dijo mi nombre. No volví a dormir en un rato, con cara de susto. Feliz.
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Lo he encontrado. Es del principio de los tiempos  (poco después de empezar a hablar).
 Lo malo es que no sabemos lo que ella dijo al final, pero creo que el final tenía buena pinta incluso entonces.

No sé cómo fue la frase. Pero en un momento dado él dijo algo de verse, y ella dijo algo de "no corras tanto". 
Y él dijo "todo pinta bien. Cuadras con todo", y ella dijo "no sé de qué me hablas. Todo es muy extraño". 
Y él dijo "quédate, no te vayas. Aunque suene romántico", y ella dijo "