miércoles, 29 de mayo de 2019

Me da miedo. No quiero sufrir más, no quiero llorar más. No quiero decir más veces adiós, no quiero adioses a medias, no quiero. No era el momento. Yo estaba aquí de paso, en mi mundo, en mi gimnasio y mi aburrimiento y ya estaba, nada más.
Y ya sé que a la vida se viene a jugar, y que todo fluye y que no hay cosas forzadas pero no sé si quiero. Mejor, no sé si puedo. No sé si debo, que llevo todavía las costuras sujetas con hilos quebradizos por mucho que disimular auqnue, a este paso, va a ser costurón sobre costurón. Lo veo.
Hay ratos que todo tiene sentido, o mejor, que no lo tiene porque no hay nada que pensar más que palabras y palabras y otros en los que me niego.
Será la falta de costumbre.

Por otro lado está P..No lo entiendo y ha tenido que pasar algo porque no es normal. Y me daría igual si lo entendiera y no me oliera a chamusquina, pero huele raro. Y hacia un buen rato que no pensaba en lo de P., mira. Lo dejaré ahí hasta que se me cruce el cable y le pregunte porque no tiene sentido.

No contaba yo con estas aventuras, fíjate. Y como texto es una mierda, perdón, pero como diario rápido esto no tiene precio.
Y me voy a dormir. A ver si puedo.