martes, 2 de diciembre de 2014

Corre a jugar. YA.

Me encuentro escuchando a alguien que conozco de la Santa Casa contando un cuento a su hijo. No preguntéis más.
Le está contando el cuento de Los tres cerditos y una de las moralejas del cuento es que "no hay que tener prisa por hacer las cosas para ir a jugar". Y creo que es muy mala enseñanza.
Y lo digo hoy, mi primer día en un lugar en el que nunca pensé estar pero que, una vez en él me descubre que tal vez, cuando he estado equivocada ha sido todo el tiempo atrás.
He sido muy muy feliz antes, pero cada vez tengo más claro que no pasa ABSOLUTAMENTE NADA si un dia quieres terminar lo que estás haciendo volando y mal para irte a jugar. Porque, al fin y al cabo, los momentos que recuerdas cuando todo se tambalea son los que has sido feliz y no en los que has sido pulcro y ordenado cumpliendo tus deberes.
Cuánto nos perdemos en nombre del deber y de la responsabilidad. Y qué poco vale lo que nos dan a cambio.
Y qué tontos somos los humanos...