lunes, 30 de diciembre de 2013

2014 feliz.

30 de diciembre de 2013. Berlín-Madrid- Palencia. Tren.

Yo le pedí a 2013 algo que me removiera por dentro, que me acelerara el pulso y que me cambiara la vida. 

Y el 2013 que pintaba mal, me trajo un cumpleaños multitudinario inesperado, certezas laborales, un título más, un amigo trotamundos con acento gallego. Me dejó a mis hermanas, fieles y siempre encima a pesar de estar lejos y me dejó a mis chicos, más mayores, emparejados, solteros, con y sin trabajo, pero siempre cerca si se necesitan. 

Pero lo más importante es que en mayo el año me trajo una explosión de primavera inesperada y agujetas en los dedos de escribir a horas intempestivas. Palabras que nunca pensé que nadie diría en voz alta por mi. Un amor como el que cantaba Miguel Ríos en Santa Lucía: ciego. Sordo y mudo (al principio). Y un poco loco.  
Y lo siguió una luz que lo iluminó todo en junio, que hizo saltar los cristales y que lo hizo todo nuevo. Que me hizo a mi misma nueva. 
O tal vez que me hizo creer que lo que yo escondía y lo que yo era estaba bien. Y era bueno. Y que merecía la pena. SIn condiciones ni dobleces. La luz de los agujeros de gusano. 

Me trajo La Central, una revista,agua con gas, una foto de una silla vacía y se llevó mi aliento.Sus botas frente a mi.
 Ese día se metía el sol en Gran Vía justo a tiempo. Justo a tiempo para hacerse de noche en Debod. Justo a tiempo de no encontrar sitio para cenar. Justo a tiempo para encontrarnos con una pareja de novios y ver las señales claramente en una voz que no era la mia pero que usaba mis palabras y dijo boda y amigos y un anuncio de televisión.
 Me dio un Madrid nuevo y la creación y confirmación del mantra de que todo lo que empieza en Madrid no puede salir mal.  
Me dio besos largos bajo la luz de una farola y una noche larga de mirarnos en un hotel, la primera vez de abrir los ojos después de dormir y toparme con los suyos. Y aunque él no quiera, yo seguiré pensando que fue una de las noches más bonitas de mi vida. Aunque todo mejoró al salir el sol. 
Ese gesto de sonrisa torcida de niño que intenta averiguar un puzzle desde lejos. El abrazo y las manos de un hombre que es valiente y está ahí cuando tiene que estar. 

El 2013 me presentó un cariño impensable para mi para un ser pedorro, blanco y negro como el Nodo y brutote, cariñoso y dormilón: lametones de amor y abrazos. Calor acurrucado en mi regazo haciendome compañía y pidiendo mimos. 
El 2013 me dio sentido a canciones de Izal, de Zahara y de Lori Meyers. Mesa de 3+1.

Me trajo una sorpresa enorme, visitas fantasma a Valladolid, un twingo verde, el hueco de mi escalera, una furgoneta de empresa con las ventanillas bajadas y mi musica (nuestra) sonando.
 Me trajo unas llaves de casa. 
 Me trajo un Orgullo para dos con pokemons y matricula de honor general en el examen. El cumple de Lara, su playa y las llamadas de madrugada. 
Y un Berlín levantado en obras al que no le faltaba ni le sobraba nada siempre y cuando él se despertara a mi lado y al que le hemos regalado 100 millones de besos en horas pegados como siameses. 

En definitiva, me trajo lo más bonito que hubiera podido imaginar. Lo que siempre pensé que no podía existir y que si existía, no sería para mi. La certeza implacable de que era ÉL (oh, sí. Existía) y de que habrá boda en Las Vegas (por definir si es en las de EEUU o en Murcia), pero con él. 
Hubo en el 2013 una manera especial de agarrarme la mano para bajar del Metro en aquella mañana de Retiro y sombreros amarillos. Hubo una explosión de fuegos artificiales en la escalera del Hard Rock Cafe. 
Hubo una mañana de piscina como nunca habia tenido, un atardecer en una terraza y una cena para gente de la que no sabía el nombre. Hubo pelis malas en el cine. 2 o 3 fechas para poder celebrar aniversarios. 

También hubo, no os engañaré, alguna que otra lágrima por la desesperación por verle y por el miedo asfixiante (quién me ha visto y quién me ve..) a dejar de gustarle y a verle desaparecer.A volver a la guerra sola y a sacar la pala para otro hoyo donde esconder la cabeza y el corazón en caso de derrota.  Hubo nudos en la garganta.
Y es que por primera vez entendí eso de que solo los que no han tenido nada nunca no tienen nada que perder, y que el gesto más difícil de querer a alguien es presentarse tal y como se es, decir lo que se piensa. Ejercer de kamikaze por sistema. Y ser feliz a pesar de caminar por el alambre sin red. 


Así que creo que solo puedo decir que hubo en 2013 un antes y un después en mi vida: hubo un nuevo plan. Alguien que me cambió la vida y desde que ha llegado no puedo ni quiero pedir nada más porque bastante suerte tuve ya con él.  

Por mucho que lo explique nadie sabrá la pena que me va a dar despedir este año que solo tiene un nombre y un protagonista.
 Lo mejor es que el culpable seguirá aquí mañana. Y que ya dará igual que sea 2014 o 15, porque ya no hay nada que esperar. 
Él vino e hizo de un "feliz 2013" un 2013 feliz.Muy muy muy feliz.   
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Nada ha cambiado. 
Sigo sintiendo exactamente lo mismo que cuando vi aparecer la punta de tus botas marrones en el suelo. Más, porque la lista de agradecimientos por todo lo que haces por mi crece y se suma al enamoramiento tonto y la montaña rusa que me nace en el estomago al mirarte de nuevo. 

Eres perfecto. 
Eres luz... 

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Á.

Sí crees que su nombre es bonito, que él es guapo...deberías verle de madrugada vestido sólo con la sonrisa.
Eso es para morirse de amor. 
Así estoy.
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Nochevieja solo, dice.
Habrá que pelearnos, digo.
De todos modos sé un sitio donde siempre terminamos ganando los dos.
(Pero no, solo no).

París, Berlín, casa.

Creo que nunca he dejado de dormir tanto por nadie y creo q no he visto nunca a nadie dormir tanto como a él. Desde que él llegó los calendarios, los relojes, las estaciones tienen otro ritmo y otro sentido. 
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Tenía una amiga en la facultad que siempre decía que ella se casaría con el hombre que la llevara a París. Él, que lo de París lo tiene en mente, me lleva primero a Berlín por azares del destino y me dice que quiere ver el mundo conmigo. 
Yo solo le sonrío y le digo que me da igual. Lo que no sabe es que todos mis planes, mis sueños, mis proyectos se quedan pequeños y sin brillo a su lado: la mayor sorpresa de mi vida ha sido él. 
Nunca pedí demasiado, o tal vez necesitaba cosas tan básicas que su carencia me impedía soñar más a lo grande (o mejor, más al estilo común): no sueño con un chalet con piscina, no me hacen falta vestidos de princesa, ni viajar a Nueva York ni un anillo de Tiffany's. Y yo se lo digo a él y él me dice que le da igual, que quiere darme todo lo que pueda... y yo sonrío y pienso "pobre, no sabe que solo le necesito a él". 

Un día, antes de conocernos, le conté una cosa que nunca jamás había contado a nadie y él, sin saberlo, me dijo la respuesta correcta, esa que siempre soñé que me dirían en algún momento de mi vida. Pero no solo me la dijo, sino que además, le creí. Y que aquellas palabras (que me ha repetido mil veces después sin que él sepa lo que significan de verdad para mi) eran una señal. Como lo de la boda en Las Vegas en Debod. Como "dieselgustazo". Como Madrid. 

La primera vez que estuve en casa (en la suya. En la nuestra) me puse mala. La segunda vez, también. Y no me dejó sola ni un solo segundo, estuviera donde estuviera. Y no creo que pueda olvidarle a él, aquel agosto, de pie mirándome con sonrisa tierna y asustada, o abrigándome como podía en su coche mientras se metía el sol entre el cielo naranja. 
Es un hombre especial. Es fuerte y serio y responsable y sin embargo yo le miro y solo quiero cuidarle. Supongo que porque en parte me recuerda a mi: somos dos cabezas de chorlito dentro de envoltorio de señores serios. Y cuando estamos juntos, nos damos permiso para reírnos mucho. Puede que todo lo que no nos reímos cuando nos tocó crecer. Y nos damos permiso para hacernos cosquillas. Y para hacer bromas internas que nadie más entendería. Yo nunca me he atrevido a ser yo hasta que ha llegado él. Y lo mejor es que creo que le gusto. 

Él dice que quiere un armario enorme para mi, un jardín en la terraza, una playa enorme solo para los dos. Y me lo dice de verdad, y con esa sonrisa que me pone blandita por dentro (cuando termine de leer el libro le entenderá que con él soy Coy. Que ya no necesito ser Tánger)  y que me contagia a mi. Y cuando me dice esas cosas, suelo acariciarle la barba y decirle "lo que tú quieras". Pero lo que pienso, lo que pienso de verdad es que lo único que quiero, lo que he siempre he querido...es a él. 

Cómo conocí a vuestra madre, de Iván Ferreiro. (Cuando contemos la verdad, la historia será preciosa....)

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Dice a veces que tiene miedo de perderme. Y yo no entiendo cómo no lo ve en mis ojos. Zahara, otra vez, tiene razón: él hizo desaparecer los hombres de la tierra.
  No puedo pensar ni imaginar a nadie mejor: los que antiguamente me encantaban, hoy pierden por goleada y penalty en el último minuto.  Con humillación. Con el árbitro comprado y ganado para la causa.
Es imposible.
Y él dice que a él le pasa igual,pero...es que él es muy guapo....

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Habla en sueños. No es un secreto. Una noche me dijo "te quiero" dormido. Dijo mi nombre. No volví a dormir en un rato, con cara de susto. Feliz.
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Lo he encontrado. Es del principio de los tiempos  (poco después de empezar a hablar).
 Lo malo es que no sabemos lo que ella dijo al final, pero creo que el final tenía buena pinta incluso entonces.

No sé cómo fue la frase. Pero en un momento dado él dijo algo de verse, y ella dijo algo de "no corras tanto". 
Y él dijo "todo pinta bien. Cuadras con todo", y ella dijo "no sé de qué me hablas. Todo es muy extraño". 
Y él dijo "quédate, no te vayas. Aunque suene romántico", y ella dijo "

jueves, 20 de junio de 2013

Ra Ra Riot.


Debe estar dormido. Aún no le ha visto nunca dormir porque él siempre estaba despierto cuando abría los ojos. 
Y lo imagina ahora, de costado, lejos. Y lo recuerda a dos milimetros, con su pelo negro negro y los labios fruncidos sobre la almohada. 
Él dice "no me hace falta dormir" y lo creyó al darse cuenta de que cada vez que ella volvía de pequeñas cabezadas, él seguía ahí (ojos oscuros llenos de luz) mirándola.
 No podía saber cuánto tiempo habia pasado desde que ella había cerrado los ojos, pero todo seguía igual: la luz del amanecer comenzando a entrar por las cortinas, su silueta recortada, el silencio. Un ladrido de un perro. Lejos. 
Puede que todo fuera muy rápido y puede que no concibieran eso en otras circunstancias pero alli estaban. En silencio. Sin reloj. Todo podria haber salido mal. 
Pero por una vez Murphy decidió mirar para otro lado. 
Y ellos dos decidieron decir que sí. 
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Ella dice que volver es como volver con un novio que sabes que te hace mal. 
Lo entiendo. Me ha pasado. 
Sabes que va a destrozarte, que vas a sufrir y que se va a marchar y te vas a quedar con cara de idiota. Lo sabes. 
Y aun así decides que por un beso, por un solo beso, todo merece la pena.
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Este verano subiré a la terraza de nuevo a hacer lo que siempre pensé hacer. La vida a veces nos ofrece señales.
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Que no se pase nunca. Que no se pase nunca este dolor en los dedos y esta angustia dulce. Este hambre de besos y estas ganas de vivirlo todo. 
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Cierra los ojos. 
Es muy tarde. 
Esperará a que se despierte. Mientras, le escribe. 
Repasa fotos, recuerda voces, vuelve a soplar dentro del cuello de su camisa. Hace calor. Siempre hace calor. Suena SU música. También ha cambiado eso. Ahora hay otra melodía. Ahora todo suena distinto. 
Ahora matan monstruos por mi. 
De hecho, los monstruos ni aparecen. 
Él no lo sabe pero toda su vida, toda su vida, le había estado esperando. Por muchas palabras que se digan es imposible poner palabras. A la tristeza es fácil: pica. Escuece. Raspa. Se sabe dónde está. Es como la sensacion de que alguien ha movido los muebles, o si hay una sombra en el cuarto. 
Pero a la felicidad...¿qué palabras se le pone a la felicidad? ¿A esa sensación de ser grande, gigante por dentro, como cuando en un acantilado miras al mar y parece que falta el aire de puro grande que es todo? ¿qué se dice cuando tu cuerpo no siente hambre, ni sueño, ni dolor ni preocupación, y todo se puede y todo sale? ¿Cómo se explica eso?
¿Cómo se explica el momento en el que todo hace "clac" y entiendes que todas las canciones de amor...hablan de ti?
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Puede que borre esto. He dejado de necesitarlo (si es que alguna vez lo necesité). 
Ahora hay luz. Y caminos. 


martes, 18 de junio de 2013

Tú me llevas.

Llegó.

Y no hubo miedo ni preguntas. Y todo quedó claro los 10 primeros minutos. Todo estaba claro de antes de poner ojos y boca y manos. 
Llegó. Sin voz. 
Llegó. Por fin. 

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Dicen que solo escribes cuando se está triste. Puede ser cierto. Si pudiera coger botes de cristal y guardarlo todo...lo haría. 
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Es todo lo que tenía que ser. Y más. 

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jueves, 16 de mayo de 2013

Esos días en los que te viene toda la soledad de golpe.

La madre creía que aquel amor estúpido, injustamente correspondido,entregado sin pedir nada a cambio, sin condiciones, sin horarios...no era lo que debía ser.

Pero ella sabía que aquel amor gubia, aquel amor desgaste, aquel amor me muero por verte. Ese amor soy aire era lo único que podría amar con todo el alma precisamente porque no usaba el corazón.

jueves, 2 de mayo de 2013

Como la gubia a la madera.

lo malo es cuando ves venir la mentira.o,como dice la  película,lo que la verdad esconde.
A él se lo conté y  me dijo algo como «tú siempre eres así.ves las cosas desde lejos,antes de que pasen».creo que fue un diagnóstico acertado.
hay cosas que no quieres ver.Pero están.como el famoso elefante rosa  en la habitación.

también me dijo «el tiempo lo pone todo en su sitio».
Quise creerle.Quise creerlo.



sábado, 20 de abril de 2013

Broder.

Él llegó a mi vida por mi hermana (esas hermanas que la vida te coloca, ya creciditas, ahorrándote el rollo de compartir juguetes o incluso habitación, pero que, en la práctica, los lazos que te unen con ellas son más fuertes que con miembros de tu propia familia).
Como digo, mi hermana se enamoró perdidamente de él, en cuestión de horas. Yo, escéptica con sus gustos pensé por las descripciones que pintaba demasiado bien para ser real.

Y una verbena, un verano eterno y fugaz, caluroso, se plantó en mi vida un chico de pelo de pincho y ojos azules, de abrazo fácil y risa contagiosa, rondando la treintena y con la misma mirada de un crío.
Recuerdo que delante de él le dije a mi amiga/hermana "Cásate con él. Es él" en un garaje de Lavapiés. Luego nos vimos en mi radio con sus amigos (que también son de esos que te conocen y te adoptan...o adoptas...pero que queires llevarte a casa), y en unas fiestas de no sé qué, y la prueba de fuego: la espera a la salida del MIR de mi hermana.
Yo estaba emocionada pero él...él estaba más. Todos mis planes le parecían bien (no sé quién iba más feliz viéndome con los globos de helio que no sé porqué, pero sabía q a mi hermana le encantarían), hablamos durante horas de todo y confirmé que la devoción era mutua.

Me alegra infinito que se haya encontrado con una de las personas más perfectas que conozco, porque creo que nadie puede ser mejor que él, porque él es (casi) igual de perfecto que ella.

Y digo esto porque me llamó hace un rato porque mi sister le había dicho que me notaba triste. Y solo me llamó para hacerme reír a carcajadas y decirme que quería darme un abrazo.
Y me deshice.

Y cuando los veo me digo a mi misma que el amor, el Amor, con A mayúscula, el de los cuentos y el de verdad. El de "me pones enfermo y te quiero a la vez". El de las cajas de mudanzas. El de los niños de ojos azules, con nombres de abuelos, existe.

Y vuelvo a recuperar la fe.

Descongelar



Uno de mis libros favoritos se titula "La reina de las nieves". Bueno, en realidad son dos: el cuento, y la novela, de Carmen Martín Gaite.

A veces yo también creo que necesito que alguien me saque la espina del corazón.

Aunque de momento, y a la espera de llenarme de fuerza para saltar, me deshago, gota a gota.

El deshielo.




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Miras el abismo, igual q los poetas romanticos buscaban la gloria dentro de lo obscuro de un cañon de una pistola, Siempre sabes el momento de cerrar los ojos y alejarte. Para evitar la tentación. De dejarte vencer por el peso. 
Al fin y al cabo..., piensas. Piensas. 



lunes, 15 de abril de 2013

No fuiste nada. Aún menos eres hoy.
Pero a veces veo tu nombre y toda aquella tormenta que me cayó encima en agosto vuelve a mojarme entera, de pronto. Y me cabreo, porque no entiendo el nubarrón que trae tu recuerdo.

Y luego escampa, y sale el sol. Y se secan los charcos que me deja tu recuerdo.

viernes, 5 de abril de 2013

No te olvides.
Recuerda que a veces una retirada a tiempo es una victoria.

Ruidos.

La vida te pone señales en el camino. A veces no las ves, porque, joder, tampoco te las va a poner siempre que tú las pides...pero terminan saliendo.
Esa contestación a destiempo. Esa sonrisa inesperada. Ese libro que no ibas a leerte. Esa canción que te dice alguien. Ese bus que pierdes. Ese plan B.
Y esas piedras, como las que hay en los jardines, grandes pedruscos alfombrando el camino, te guian, para que no te pierdas.
Y todo, todo, en un momento dado, termina adquiriendo un sentido.
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"El chico de los ruidos", que es uno de esos ángeles que a mi me puso la vida en mi camino, ha publicado una sesión de música hoy. Esta noche.
Cuando parecía que todo se tambaleaba, cuando he borrado al niño burbuja de Facebook. Aparece él con 57 minutos de música.
Y bueno, no lo tengo cerca, pero me haré a la idea de que estamos en aquel bar sin sillas, con cachimbas y te/mojitos.
Y estaré un poco más cerca. Y un poco menos sola. Vaciando el cerebro.

Todos los hombres de mi vida.

A veces escribes porque parece que alguien te dice algo, una frase, al oído, y tiras del hilo a ver qué sale. Da igual que sea cierto o no. Tú tiras. Por si merece la pena. Por si alguien te lee. 
Otras veces escribes con un agujero en el pecho. Del tamaño de un cañón. Agujero de bala de cañón. 
Entonces no "escribes" conscientemente. te dejas llevar. 
Y arcada y lágrima, arcada y lágrima, terminas vomitando. Vomitando aire. Vomitando aire gris. 
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A G. Porque casi nunca me atrevo a escribirle nada. 

Él llegó de pronto, y se quedó, sin querer. Y no trajo violines, ni rosas (bueno, solo una, amarilla, una tarde de no sé cuándo. Él pasó mucha vergüenza llevándola), solo trajo queriendo y consciente una flor de hilo el día después del primer día. 
Con él parece que siempre ha habido fuego: fuego porque casi se incendia el colegio en nuestro primer beso. Fuego porque había tormentas muchas noches, con ventanas abiertas, y relámpagos cruzaban los cielos naranjas de Madrid. Fuego porque a veces le quería tanto que me dolían las yemas de los dedos.  Fuego porque volvió de Venecia y yo me di permiso para ser cursi y llené toda la habitación de velas. 
Y él fue todas las primeras veces, también sin querer. Sin hacer fuerza, sin preparar nada. Todo fue pasando. 
Y con él descubrí lo que es que te conozcan sin hablar, y cuando mientes. Y que te quieran aunque estés loca y aunque no te entiendan, y que te lo digan riéndose, como si diciéndotelo te devolvieran a ti la pelota de lo que suponía su inutilidad (la de él). Él me lo dice así, "te quiero, aunque no te entienda", y yo, que creía que la culpa era suya, que todo estaba claro y que no me entendía por algún tipo de dificultad por su parte, resulta que te enseña que la dificultad es la tuya. Y que es verdad. Que tu madre tenía razón. Que no hay quien te aguante. 

Y él viene y aunque no me cuenta cuentos cuando no puedo dormir, nunca me deja irme a la cama enfadada. Y me hace reír cuando lloro. Y cuando no lloro, sobre todo, es cuando más me hace reír. 
Y él llega y te abraza, sabiendo que no sabe casi nada, pero que lo que sabe, es suficiente. 
Y él no te quita fantasmas, de hecho a veces los hace más grandes, pero siempre termina metiéndolos a golpes en un cajón donde no molesten...por una temporada. 

Y él viene. Como si nunca hubiera dejado de caminar para encontrarte. 
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Esta tarde bajé a pegar balonazos a una canasta. Yo sola, como buena hija única. Cuando me escocían los dedos, aburrida, con la música alta, me preparaba para irme. 
Y entra en la cancha, salido de ningún sitio, mi padre. 
Mi padre, con su bufanda de rayas, y su jersey, y sus vaqueros de padre, y sus náuticos. 
Y como cuando tenía 7 años, cogió el balón y empezamos a jugar. A reirnos. Y yo a decir burradas como el hijo que nunca tuvo (y al que no creo que haya echado mucho en falta).
Y recordé, cuando él dijo que nos fuéramos, cuando de pequeña, jugando a fútbol, me decía que debíamos subir, y yo le contestaba que no habían salido las estrellas. Que en cuanto salieran, nos iríamos. 
No lo dije en alto. Sólo pronuncié "5 minutos". 
Pero quise que esos 5 minutos de margen, de cancha, duraran mucho mucho mucho. Y que a mi padre no le salieran más arrugas, ni le dolieran más las rodillas, ni yo cumpliera 27 la próxima primavera. 
Pero creo que eso, como jugar hasta que salieran todas las estrellas, iba a ser difícil.

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A mi Madrid me ha hecho muchas putadas (a pesar de lo mucho que la amo): Me ha echado con cajas destempladas. Me ha dado resacas insufribles. ME ha presentado a gente indeseable. Me ha perdido mil veces por sus calles a deshoras, me ha tirado al suelo, me ha hecho moratones. Me ha hecho perder dinero a espuertas entre cervezas, autobuses y millones de cosas más. Y seguro que me ha robado años de vida con la contaminación. 
Y aún así, daría.....no sé....lo que fuera, por vivir allí. 
PERO Palencia..........Palencia es la ciudad más insufrible, agobiante, fea y desagradable en la que he tenido el tormento de vivir. 
Odio esta ciudad. 
Odio a la gente que vive aquí porque son raros, cerrados de mente y de carácter y en casos particulares con nombres y apellidos, raros,inmaduros y bipolares (menos una o dos personas, cada vez menos. Y los sustos que me dan) pero me he dado cuenta de una cosa gracias a esto: que puedo vivir donde sea. DONDE SEA. 
Porque no creo que haya nada peor que esto. 
Porque si salimos de ésta, TE JURO que no haré ni un gesto de emoción.  (sí, Love of Lesbian)
http://www.youtube.com/watch?v=daIYMx3vPJw

Y porque lo que más me gusta de mi maldito-bendito Madrid, es pasear, con la luna enorme, gigante, cuando no hay nadie por las calles, haciendo fotos por las esquinas.  (Sí, otra vez, Love of Lesbian)
http://www.youtube.com/watch?v=zG9qG-XMOlI

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Ay. Qué poco duele cuando duele poco. 


domingo, 17 de marzo de 2013

Blackie's dead - Pete Yorn & Scarlett Johansson

Tengo un tío raro. 
Bueno, realmente, toda mi familia es bastante confusa (una parte de ella, incluso podría calificarse de.........bueno, mejor no calificar). Total, que como decía, mi tío, hermano de mi abuela paterna es psicólogo, cura, viajero y señor de buen vivir en general. 
Recuerdo que cuando yo era adolescente me hizo un perfil de los dos chicos que me encantaban en esa época que me dejó totalmente helada, porque me reprodujo hasta sus gestos o la manera en la que llevaban el pelo (y esto viviendo él en Filipinas, no había posibilidad de que supiera NADA). 
Total, que nos hemos reunido hoy en casa de mi tía favorita (mi tia normal, a la que más quiero y que se presta a dejarme su chalet de 3 pisos para hacer fiestas con mis amigos. Vale, tampoco es nada normal) y mi tío me ha dicho algo así como "Esta niña tiene más mili en la vida que el caballo de Napoleón" y le he mirado, me he reído y le he dicho que tengo tanta, tanta, tanta, que estoy deseando desaprender, y que le toque a otro, que yo todas las lecciones las tengo vistas. Y él me ha dicho algo como "pero eso te va a venir muy bien en la vida, porque ya tienes mucha experiencia" y he vuelto a sonreir y le he dicho, otra vez, con un nudo en la garganta "me viene muy bien, pero estoy muy cansada" y he dejado de hablar, porque sé que él sabe, no entiendo muy bien cómo, lo que pienso. Y lo que soy. 
Y me ha dado miedo seguir hablando, por si se me caía la máscara que tanto me cuesta ponerme. Y me da miedo que él sepa (porque me lo hizo con 18 años) lo que tengo dentro y me abra cajas cerradas.
Mis fantasmas están mejor conmigo. 

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Ese momento en el que descubres que tu madre tiene Twitter. Y que sigue a la Loca de la radio. 

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"Ni un 5%. Ni un 1%" ¿Me ha mentido? ¿Tiene sentido que me mintiera?.... ¿No debo darlo importancia? ¿Debo creerlo? ¿Me tengo que poner en modo talibán? ¿Dejar que el tiempo haga lo suyo? ¿Pasar de todo?
Basta ya. 
Joder!!!!!!!!  


I don't want to tell you that you're not there, on my list. And what's with all that shit you're saying. No, you're not interested in this. 






sábado, 16 de marzo de 2013

Los hospitales deben ser feos por definición. Feos o grises.
Una vez estuve en uno privado con habitaciones individuales y sin ese color verde y esos tonos pastel en las paredes ni esa pinta de los sótanos tan de garaje, y aún así, a pesar de todo el cristal y las maderas nobles, y el cemento y la Vogue en la sala de espera, era feo. Y gris.

Pues eso. Que el sino de los hospitales debe ser ser feos, como remarcando su pertenencia a otra cosa distinta a la calle, a los coles, a las paradas de bus, a los jardines. Es un hospital, y cuando vas, entras en una especie de dimensión distinta. Dejas de ser tú y de depender de ti para ponerte en manos de otros. Tu vida ya no es tuya y cambia en 3 segundos después de que te digan palabras como bulto, sombra, hígado, pecho, posibilidad. Prueba.

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Sabes cómo tienes que comportarte. Intentas disimular la angustia en los ojos y en la cara aunque oyes la sangre bombear desde tus sienes. Apostarías la mano derecha a que estás más pálida que el papel que el médico sostiene entre sus manos. Y sin embargo sonríes. Sonríes como si no te hubiera llegado una ráfaga de aire helado por la espalda y te hubiera crispado, otra vez, como aquella, el perfil.
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EN mi colegio mayor compartí años de vida con estudiantes de Medicina. Rogué que muchos de ellos, por el bien de sus pacientes, no ejercieran de cara al público. Y, concretando más, que no ejercieran DE NINGUNA MANERA.
Debería haber una especie de examen multidisciplinar que impidiera que un señor sin empatía fuera médico. Que alguien que no entienda dónde está el miedo de su paciente, pueda ser el responsable de enfrentarle al abismo.

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A pesar de eso, todo está bien.
Y no estoy asustada.
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En el metro iban dos perroflautas, cantando sevillanas. Ella se enjugaba las lágrimas con un dedo, disimulando y yo procuraba no mirarlos. No miraba a nada y me entretenía en hacer una lista, larga, racional, tranquilizadora, de los motivos por lo que no puede ser lo imposible.
Y ellos, taconeaban a ritmo de rumbita buena.
Y yo pensé "mierda de vida. Mierda de vida injusta. Mierda de vida de correr y de luchar. Cuando lo bueno es eso, que la muerte, la pena, los sustos, te lleguen bailando".

lunes, 11 de marzo de 2013

Y tú...

Y ahora que te fuiste del todo, pienso que si te vuelvo a ver, ahora sí que sí, no te diré nada. Porque bastante me jodiste tu recuerdo con tus apariciones estelares. Que vale que lo haces con la mejor intención, pero si no vienes a mantener tu capa de Batman y a salvarme la vida, no vengas.
Y dices que no entiendes ni entendías por qué siempre quise pirarme de aquí. Porque en el fondo de mi estúpida ingenuidad, esa que creía en tí por encima de mi misma (que, por cierto, qué bonito fue todo... tanto que parece mentira. Casi como un cuento malo para niñas cursis) sabía lo que eras y lo que no. y sabía que mi papel era el que me habia tocado. y que no podía esperar aquí.

Porque en el fondo, por mucho que lo diga y que pida que alguien me ofrezca la caja azul y la compañía para siempre, yo no he nacido para eso. y mi corazón, mi alma y todas esas cosas cursis que se dicen, me empujan a largarme.

y ahora lo bueno es que sé, siento en mi corazón, en mi alma y en todas esas cosas cursis que dejaste agujereadas una noche de marzo que ya no estás. Y que nunca ibas a tener la suficiente valentía. (o que tal vez, nunca sentiste lo suficiente..o todo lo que asegurabas sentir)

Y qué bien se siente una al decirte "buen viaje" cuando ya no piensas un "no te equivoques", o un "vuelve a por mi si me necesitas". Ahora te digo buen viaje, y en el fondo, te digo adiós. Y tú sin enterarte.


"Me siento responsable de que desde aquel día, todos tus cumples hayan sido raros" (.....no lo tengas tan seguro....)



Qué manera de perder las formas. Y qué forma de perder las maneras.


Debería estudiar porqué me pasa lo que me pasa.
Mañana tengo examen y no he tocado nada desde hace horas. Y es que me da todo igual.

Suena Vetusta y "Los días raros" y llevo mucho tiempo en ellos. En los ´dias raros. No puedo volver, no quiero volver a casa. no me apetece volver al silencio y a mi cuarto.
no me apetece patear esta puta ciudad, enana, corta.
A veces, cuando ando por ella, cierro los ojos, y hago el camino. fuencarral, Sfera, Stradivarius, kiosko, puerta de la radio, H&M, tocados, heladería...así hasta callao.
Y luego los abro y me topo, de nuevo, con el campo. Y los edificios aburridos.
Pero si los cierro, oigo el metro. Y veo aquella esquina donde salen las mejores fotos del edificion de Schweppes. Y oigo el murmullo de la gente. Y de los semáforos.
Y_ me siento un poco menos muerta.

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Siempre me pasa lo mismo contigo. Llegas y me remueves, me alteras, me planteo tener perro y casa con niños. Y Lo veo factible. Y real.
Y luego
te vas. Te vas y me quedo ahí, a medias, con la correa del perro comprada a plazos. Y la hipoteca del chalet. Y los veranos en el pueblo.

y eso también, esa pausa, este no saber dónde cojones vas, también debería ser inconstitucional.

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Estoy cansada y todo me la bufa. Hoy estuve 3 horas en la biblioteca. los libros, las revistas, las letras son un gran refugio cuando no tienes dónde ir ni con quién hablar.
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Al final, lo de los críos no es tan malo. Los ves ahí, en su mundo, creyendo que son invencibles. Y da ternura. Da ternura porque casi no te recuerdas a ti ahí.
De hecho, lo que recuerdo de mi es que no sabía cómo, pero sabía dónde quería  ir.
Llegué.
no fue fácil.
Puede que fuera porque no tenía nada más en el mundo. Literalmente. Sabía que no contaba con nada y con nadie. Que en el momento de dar el paso, estás solo. y creía que allí arriba, lejos de donde empecé, no llegaría el miedo, ni la pena, ni la angustia.
Y lo que no sabía era que, auqnue era feliz, puede que más felzi de lo que nunca fui, ahí era donde empezaba el resto del camino.

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Recuerdo mucho a P. el técnico. Nos quisimos mucho y él se marchó mucho antes de la Santa Casa que yo. Luego él trabajó en una zapatería y ahora es profe de prácticas. fue una de las mejores sorpresas de mi cumple. Hablé con él casi una hora y no podíamos parar de reir.
Le echo en falta.
y me acuerdo de él mucho más de lo que él podría pensar.
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Dice que yo tengo la culpa. De que no llamen, de que no se hablen, de todo. No es que me importe (la talla de mi ropa es culpa de mi espalda, dada de sí de aguantar peso...) pero en parte me desgasta. Me cansa.Como una gota.
Ella cree que su actitud es consecuencia de mi desgana, o de mi desprecio (aunque desprecio es una palabra demasiado......cargada de emoción para lo que siento.Siento vacío) o de mi desgana. Pero resulta que es al revés. A mi, como a la pelirroja de Roger Rabit, no me dibujaron así.
Así me hice yo.
Y menos mal.

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últimamente, será por la aparición del niño burbuja, tengo el reloj biologico haciendo tictac encima de mi cabeza. Como una amenaza. Como una alarma.
Y todo lo que creí se mueve.
Y voto por casarme con anillo de Tiffany's, de blanco roto (por la honra...) y tener niños. Y un perro (bueno...eso puede que no).
me gustaría saber dónde se mete en días como hoy mi yo más guerrero. Esa que se niega a la vida dada, y a lo que debe ser. Y que no quiere sábados en el Carrefour en chandal ni paseos con los niños los domingos.
Espero que vuelva cuando recupere las fuerzas para luchar.


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Lo he descubierto y me he enamorado mucho de él.
me enamoré comiendo un McFlurry (a veces NECESITO volver a casa) sentada bajo un techo de un supermercado abandonado mientras pedía una señal. Puede que la señal fuera que, mientras a mi lado izqueirdo caía una granizada tremenda, a mi derecha lucía un sol tremendo.
y yo allí, sonriendo con dos lagrimones corriendome por la cara, sentada en el suelo, con sabor a chocolate.
De cuando a veces me siento viva.


Izal. Qué bien. 



martes, 5 de marzo de 2013

Tú haz como si me conocieras.



Hoy cumplo 26. 
Y llego a ellos igual que a los 22, y los 23, y los 24, y los 25. Llorando. 
Y es que tengo monstruos en el armario. Tengo uno grande, al que casi estoy acostumbrada y al que he aprendido a no hacer caso. Pero a veces grita más de lo normal. O aparece en días como hoy, recordándome todo lo que no soy, todo lo que no tengo. 

Y además de ese monstruo, tengo un fantasma. 
Un fantasma de un hombre casi valiente que una vez intentó matar al monstruo, y que consiguió domesticarlo y apaciguarlo con solo aparecer. Solo que un día se fue y de dejó su sábana. Y también en días como hoy viene, a recordarme que ya no está. Y lo bueno que era que estuviera. 
Y aunque ya no necesito al hombre casi valiente, porque ya pasó, y él lo sabe, y yo lo sé, cada vez que aparece podría jurar que daría algo de mi para que volviera a sentirle vigilando mientras duermo al armario, por si el monstruo ataca. 

Y no lloro por ese fantasma. Lloro por todos los que me dicen que el monstruo no existe, y me regalan tirachinas y maderas para bloquear las puertas. Y que me hacen creer que a lo mejor no soy tan mala. 

Y aún así, necesito, por mucho que lo niegue, que alguien me ayude a matar al monstruo. Y alguien que me acaricie la cabeza mientras duermo, abrazada a él, por fin, tranquila. Y feliz. Y que me diga, como el fantasma, que no va a pasarme nada mientras él esté. Y que yo me lo crea.


Luis Ramiro tiene nuevo disco, y la primera canción es mía. Porque tengo un monstruo en el armario, resto de una infancia mal curada y necesito que alguien me acompañe hasta la cama. 





lunes, 4 de marzo de 2013

No me lo merezco.

Quererte así, de pronto, súbitamente, como me pasa siempre, debería ser inconstitucional. Debería estar prohibido.
Debería no poderse tener así la cabeza, y tu nombre en mis labios con sabor a melón y chicle compartido.
La ONU, la OTAN, la Guardia Civil y los municipales deberían salir a la calle, a buscarte y a buscarme, a sacarte de mis pensamientos a porrazos, por insurrecto. Por estúpido. Por raro. Y llevarte a una celda oscura, tenebrosa que se lleve la luz que traes, y el viento huracanado y la luz del sol que quema.
Y al torrente de palabras inútiles, yermas, estériles que no llevan a nada y que no cambian nada, pero que desenredan tu pelo entre mis dedos otra vez.

Quererte así, querido, con las luces rojas parpadeantes, con las sirenas, con los carteles de peligro no debería pasarme. Porque no me lo merezco.

7 pecados.

Sí. Tengo celos. 
Y si pudiera, me reencarnaría en tu bufanda. 

Y si pudiera, aumentaría la lista de mis pecados. Contigo. Todo el tiempo. 



¿A que no sabes dónde he vuelto hoy?


Estoy muy perdida. En muchos aspectos de mi vida. 
Iba andando y necesitaba pararme y pensar, y estar en algún sitio seguro. Pensé una iglesia a la que mi madre solía ir cuando las cosas iban mal, entrar, sentarme en un banco con música y pensar. Y hablar conmigo misma. 
Pero eso iba a ser un acto hipócrita, porque al final, terminaría pidiendo a un dios en el que no creo que lo calmara todo, y que me indicara cuál es el camino. Pero hasta donde yo sé, dios no habla con nadie. Y, qué narices, qué pinto yo en una iglesia. 

Así que decidí volver a la calle por donde volvía del cole con mi abuelo. Es lo más cerca que puedo tenerlo ahora. 
Y qué traicionera es la memoria, yo la recordaba con otro nombre. Pero era la misma. Calle Baltanás. Con la primera casa con un cuadro de azulejos de una virgen (no sé cuál....tampoco las distingo). 

Y me he sentado en el bordillo. 
Y le he contado a él, que es el abuelo que más he querido lo que me pasa. Él, como dios, tampoco contesta. Pero me da más confianza. Será porque él me quería y dios nunca ha dado señales de que me tenga demasiado aprecio. 

Total, que mañana es mi cumpleaños. Paso los 25. Y todo se tambalea demasiado. Y todos están demasiado lejos.

domingo, 3 de marzo de 2013

"Ni un 5%, ni un 1%"


Siempre que llegas es luz, y es alarma. Y es lo que es y lo que no puede ser. 
Y descubro tus verdades a medias y veo en las tuyas las mías. E intuyo sus causas. Y me gusta el motivo (si es el mismo para los dos).

bailar pasodobles entre palabras a medias. Sentarme encima de ti como por un descuido y llenarnos la lengua del mismo sabor. 

Levantar los celos en los demás (absurdo, que eres absurdo."No te levantes. Por qué me dices eso?".), y que no me permitas casarme con nadie. 

Heridas mal cerradas desde hace mucho que sangran, vivas,rojas, de vez en cuando. 

No entender. Como siempre. 

(feliz cumpleaños a mi)





jueves, 21 de febrero de 2013

Kite.

la profesora preguntó que si de verdad nos hacía ilusión estar allí. La respuesta es perfectamente sabida. Pero nunca sabes qué camino te va a llevar a ser feliz hasta q no lo andas. 
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No preguntó nada. Me di la vuelta con un océano en la garganta y no preguntó nada. Mentiría si dijera que no esperaba algo. Pero estas cosas te devuelven al lugar de la realidad que nunca debes abandonar.
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Dice que me faltan "cables y circuitos" y que a pesar de eso me quiere. No quiero q me juzgue. Me gustaría que por una vez, por una sola vez, no diga algo que me arrugue el estómago como un papel de periódico. Me vale con eso. Pero eso no va a pasar porque no vemos el mundo igual. Y yo lo sé. 
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Dice Fangoria en su útlimo tema que no quiere más dramas en su vida. Solo comedias entretenidas. Y yo me he suscrito a ese mantra. Estoy en una época en la que sé que necesito cuidarme porque no podría soportar otro zarpazo más. No hasta que se me cure el resto. 
Por eso actúo así. Porque no tengo nada claro, y todo se mueve, como cuando era pequeña y cruzaba esos pasadizos que llevaban al tobogán en el parque, con el suelo encordado y en los que todo se movía. Ahí estoy yo. Con las manos crispadas en las barandillas. Y los pies balanceándose lejos del suelo firme. 
Y auqnue mire al frente y no lo piense demasiado, noto el vació debajo de las suelas de mis zapatos. 
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Está bien eso de venir aquí y escribir, por una vez, lo que pasa por mi cabeza. Aligerar peso en estas noches en las que me cuesta cerrar los ojos, y debo distraer mi cabeza con películas, para no pensar. 
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Tengo un nudo en la espalda. Desde hace días me cuesta moverme y tengo tirones constantes. Estrés, me dicen...pero, ¿Estrés de qué???
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Me asusta que él también sea un Pollo. Que todo lo que le quiero se diluya por ausencias. Y por el orden de sus prioridades. 
Me siento en parte como si volviera a tener 13 años, y volviera a estar sola contra el mundo. Solo que ahora tengo el doble de edad. 
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"Esta es una canción para un amor que no quieres dejar ir" Volví a abrir la cajade su voz. Y por una vez, por una sola vez, volvía  sentirme, de nuevo, en casa. Sola y protegida por mi. Pero en casa. Y a salvo. 




domingo, 17 de febrero de 2013

Permíteme que te diga

Permiteme decirte a estas horas intempestivas, cuando todos (TODOS) duermen, que el alcohol cada vez me hace más daño. Que hace muchos meses que nada tiene sentido y que sin embargo, todo parece estar bien aunque sea un caos. 
Que sueño con un escritor borracho, mujeriego, hooligan y con pelazo, y que me duele menos gastarme 50 euros en 3 libros que en ropa. 
Disculpa que te diga que tengo certezas llamandome a la puerta y que cada vez que lo hacen, subo la música, para no firmar el acuse de recibo. 
Que me estan empezando a dejar de gustar mis cumpleaños y que me da miedo que mi sister y su esposo vengan, porque mezclar mundos no se me da bien. Y porque mis cumpleaños me dan miedo, porque siempre termino llorando.
Permíteme que diga que hay gente que no quiero que vuelva, pero que quiero q vuelva. Y que hay gente a la que no entiendo, y que me descentra, pero a los que quiero porque ya los domestiqué. 

Permiteme que diga que Madrid es la ciudad más bonita del mundo, y que todos lso días tiene un rato en el que es primavera. 
Y que no sé dónde estoy. Y desde hace días sospecho que no me gusta dónde voy,  porque no hay luces en el camino y voy a tientas. Y tengo miedo. 

Pero sin embargo, a esta hora, lo único que haré en voz alta será suspirar. Y ver tu foto otro rato. Para ver si me arreglas el sueño. 

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Mi sueño recurrente está relacionado con los dientes. Que se me estropean, y se me deshacen, y se me llena la boca de polvo de diente. Mi padre sueña con volar y yo con esa sensacion desagradable.
He buscado el significado mil veces en internet y cada vez veo una respuesta distinta. Hoy toca: "Sentir que están sueltos o que, sin más y ante nuestra cara de horror, se caen sin avisar. Esto revela una gran inseguridad y el miedo de cambiar una situación que, sin embargo, no nos resulta ya satisfactoria". 

Pues al final...va a ser verdad... 


viernes, 8 de febrero de 2013

Y por cierto...

Se me cruzó el cable y fui a la peluquería. "Corta por aquí" le dije, y por una vez, no fue la peluquera la que se pasó con las tijeras. Fui yo, que me quité 30 centímetros de melena y me puse gafas nuevas, de pasta, ni muy grandes ni muy pequeñas, y quien se pintó los labios rojos. 

Al verme (me escondí "el corte" debajo de un gorro), él me miró y se echó a reír sin querer ("te queda bien" "a mi todo me queda bien"). A Él ni siquiera le di tiempo al abrir la puerta, porque teníamos cosas mejores que hacer (entre ellas, espantarme fantasmas y dormirme la borrachera). Y mi cuñao me dijo que, con los labios rojos, si no fuera él quien es, me pediría casarse conmigo allí mismo (o incluso me comería la boca, sin necesidad de compromiso alguno).
Disparidad de criterios frente a mi nuevo look. 

Y yo, que pensé que me reconocería mejor en los espejos si me tuviera que mirar 3 segundos para saber quién era, sigo sin saber nada sobre mi. 

MM

Me llama Miss Madrid. Nos conocimos una noche mítica en el Tony2. Apenas le recuerdo. Pero me ha llamado (no sé por qué) Miss Madrid. 
Y hoy, que hace frío, que el Gallego ha ido borracho a clase y me daba besos en la frente, que he mandado al de los ojosazulescasiverdes a la mierda por ser idiota vía wasap,que debería estar en Madrid celebrando con Biuti que también su paso por la Santa Casa ha terminado, hoy...hoy soy Miss Madrid. 
Sorpresas te da la vida.

Cómo lo hecho de menos. 

jueves, 24 de enero de 2013

Ring.

Vibra el teléfono. Es él. Se sienta 3 asientos detrás. He llegado tarde al bus y me he sentado donde he podido. Le he visto, pero he hecho como si no. Y al cabo de un rato de miradas vacías por la ventana, vibra el teléfono. 
Desde que hemos vuelto, me veo más yo. Más ágil en las respuestas. Como si hubiera perdido el miedo. O como si lo hubiera perdido todo. 
vibra el teléfono y levanto la vista. él va con sus cascos, yo con los míos, mirando cada uno nuestras pantallas como si no fuera el otro con el que habláramos. De pronto, me giro y nuestros ojos se cruzan. Sonreímos. 
Alargamos la despedida bajo la luz naranja, a la salida de la escalera. Él me dice que a veces lo inteligente es no hablar. Yo le digo que me cansa traducir. Y me doy la vuelta, y me voy. Ya traduje bastante, pienso. Y no me valió para nada. 
Ya no vibra el teléfono. 

Vibra el teléfono. Salgo de ver Cuéntame y me encuentro sentada al lado del Chico Fabuloso en París. En su cama. Dice que lo ha pasado mal. Que le echa de menos. Lo entiendo, pero no lo entiendo. Recuerdo bien cómo era eso de que te faltara medio pulmón, pero hace tanto tiempo que no me pasa que me cuesta ver que les pase a otros con mucha más edad de la que me pasó a mi. 
Me dice que puede que se vayan a vivir juntos. A mi me siguen pareciendo muy jóvenes. Pero empiezo a sospechar que ya no somos niños. 
Se quieren. Y me pregunto si, cuando quieres a alguien, todo terminan siendo certezas. 

Vibra el teléfono. Esta vez soy yo la que está al otro lado. Me imagino la escena en un restaurante concreto. Rojo y blanco. Servilletas. Coca-cola. Cumpleaños. Es raro. Estamos lejos y está al lado. Cumple años. cumple años y yo aquí. 
Aquí. 
Tan lejos. 

viernes, 18 de enero de 2013

Empezar. Por algún sitio.


El mundo debería empezar a girar alrededor de mi ombligo. 


Estoy cansada de pedir. 


Y de preguntar.


Y de hacerme cargo de las cosas y de entender. 


Repetir esos patrones mentales.


Pero lo voy a cambiar. Y a romper las ventanas. 


Y que les jodan. 


A  t

    o
    d
    o
    s


 Chris Martin, que también tuvo que empezar por algún sitio. 



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Y me encuentro con esto... de Zahara. (en pijama, pero con el pelo limpio)

las chicas cuando lloran...


Las chicas cuando lloran esperan ser bonitas.
Sentir sus cálidas lágrimas cruzando sus mejillas y que el amor de sus vidas las contemple con tristeza y no pueda soportarlo.
No quieren que se acostumbren a verlas llorar, no quieren que simplemente pasen de largo y que sean unas lágrimas ya viejas, ya vistas... unas lágrimas pasadas de moda.
Eso sólo genera más lágrimas. Como ríos de llanto bajando con fuerza por esas caras hinchadas del esfuerzo, como un torrente de agua que destroza lo que encuentra a su paso.

No, en ese momento, las chicas que lloran tal vez no son tan bonitas, pero aún necesitan el abrazo que las calme, la voz que les pregunte, la lágrima que llore con ellas.
Esas chicas no se sienten cómodas llorando en bata, con el pelo sucio y cansadas de todo el día. Esas chicas que se sorben los mocos no se sienten bellas en su llorar, y sin embargo una vez se imaginaron llorando como si fueran las mujeres más bonitas entre todas las mujeres.

Por eso, a partir de ahora, cuando lloren, llorarán solas.
No quieren que mire aquel que no esté preparado para contemplar esa belleza.

http://zaharapop.blogspot.com.es/2013/01/las-chicas-cuando-lloran.html

sábado, 5 de enero de 2013

Llegar tarde a todo. A los regalos. A las confesiones. Y alcanzar sólo el rastro de olor que dejas. Como cuando una chica perfumada te ha esperado en la habitación, pero ya no está. 




- Gran Vía, 2060 -
Caminar
es mucho más que poner un pie delante del otro.
Caminar y recordarte
con tu barba y tu bufanda azul marino;
un pie,
otro pie,
tu bufanda azul marino.
Ahora soy tan vieja
que tengo más años que mi propia tristeza
y, curiosamente, esta ciudad aún no ha explotado.
Hay poesía por todas partes.
Hay cristales en el aire
y luces debajo de la acera.
En Callao se cruzan, desdeñosos,
el cielo y el infierno:
la Avenida del Edén
que es la Calle
con los edificios más grandes del mundo.
y un callejón sin nombre
al que algunos llaman “averno”
donde dicen que se juega a la ruleta rusa
los domingos.
Ya sólo me queda quererte hasta que me muera yo también
te lo prometí hace ya más de medio siglo.
No he vuelto a mentirte desde aquel día.
Anoche te marchaste de mis brazos.
Los coches surcan el cielo de la Gran Vía
y no van a parar hasta que acaben conmigo.
-Elia Maqueda López-

jueves, 3 de enero de 2013

Feliz (2013)


Hay unas cuantas fotos que no compartí. 
 Esta es una de ellas. 
En la siguiente, aparececemos medio tú y medio yo, con los ojos achinados, riéndonos. 
No sé de qué. 
Las dos fotos son como dos piezas de un puzzle. Tienen poco sentido o poca gracia si no se conoce la imagen general. Hasta podrían borrarse en una selección precipitada. 
Pero esas dos fotos, conectadas con una historia que ya hemos olvidado, lo explican todo. 

Aquí se ve tu brazo, detrás, cerca, por si acaso. 
Estando sin que nadie se de cuenta. Ni siquiera yo en el momento de la foto. 
Es una gran metáfora. 

Y es bonito que alguien cuente contigo siempre, como quien no quiere la cosa, y que en los planes sumemos dos.
 Aunque nunca nos lleven a ningún sitio. Ni falta que nos hace.