Se te rompe el corazón y no por él, sino por todo lo que temes, por lo que te espera o por lo que no te espera. Por sus brazos, por su lunar en la mano (te acuerdas? El tuyo sé borró), por su barba, por las camisas abrochadas hasta arriba. Por los ojos color piscina.
Lloras porque quieres respuestas y sno las hay. Porque quieres que alguien te diga que va a estar bien, que no vas a estar sola, que serás feliz, que no te mentirá, que será constante y que estará decidido a hacerte feliz y a acompañarte el resto de tu vida. Y cómo jode haber caído en todo lo edulcorado de Disney, en lo del hombre para toda la vida, en un compañero fiel.
Yo no quiero a un príncipe que me salve yo me salvo sola, pero sí quiero compartir el camino, sí quiero viajar de su mano, descubrir el mundo y quedarnos en casa. De hecho quiero hacernos una casa a nuestra imagen y semejanza, con nuestras fotos, con sus libros y los míos, mezclados y armoniosos. Con su ropa en el armario y su olor (no su perfume) en nuestras sábanas.
Quiero un amigo que me diga la verdad, aunque duela, y que me folle y me haga el amor a la vez. Que me haga reír a carcajadas y me escuche cuando llore, y me quite la razón si no la tengo. Quiero alguien leal, que me enseñe cosas, que sepa ilusionarse y luchar por la alegría, que sepa bien que la vida son dos días y que sea hedonista y disfruton. Que sea valiente y honesto y sincero. E irónico y que se muera por mí y me lo diga y que yo lo sepa. Que se Le enciendan los ojos al verme y me desnude desde lejos y rodeados de gente. Y que cuando estemos solos no necesite nada más. Que me abrace fuerte y me estruje los miedos, que sepa yo leer lo que quiere y necesite y que si no lo veo, me lo diga sin dudar.
Que seamos un equipo. Que seamos el uno para el otro y contra el resto del mundo. Que no mienta nunca. Que sepa bien cuánto valgo y cuánto Le quiero y que eso Le haga feliz. Que Le sea bastante. Que sepa desde lo más profundo de su cuerpo que yo siempre Le voy a ser leal, que le he buscado siglos, milenios, y que no voy a rendirme si él me promete no rendirse nunca.
Que esté. Que llegue.
Que llegue.
Y que esta vez, no me equivoque.
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