Hoy me preguntaba tío Nacho "De haber tenido curro a los 27,te hubieras casado con A.?" no hizo fakta pensarlo: "Me hubiera casado con curro, sin curro y como hiciera falta".Nos lo pedimos 1500 veces, yo todas de verdad. Él no lo sé, como aquella vez bajo la torre Eiffel en la que se arrodilló y a mí casi me da un infarto, y sacó del bolso unos pendientes para hacerme una broma. Hubiera dicho que sí. Claro que sí. Y aquella certeza que no nacía de la cabeza, sino del alma, me hubiera hecho la mujer más feliz del mundo.
Tampoco necesitaba uo casarme para pensarme, seriamente, como yo me pienso todo, poner mi vida en sus manos. A ellos iba, de hecho. A hablarlo con él, a establecer coordinadas, a plantear el futuro del que tanto hablamos y que, cuando iba a llegar, se esfumó.
Y a raíz de M. me he dado cuenta de que los daños han sido estructurales. Tal vez porque M. no es quien debe ser, y no me ha sacudido (demasiado) los cimientos y los principios y todo lo que quiera que se sacude dentro cuando llega el amor. Principalmente no me sacudió los miedos. Ni el dolor (leve pero persistente) de corazón. Como el tinnitus del oído, ese zumbido que te ronda constantemente, recordandote que sigue ahí.
No sé si lo que me hace falta es tiempo o la persona adecuada. No sé si llegaré a la desesperación a la que alude N. Espero que no.
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"El mensaje recibido ha sido eliminado. 07:33". Qué puede querer decir alguien a las 7.33. Qué no te atreviste a decirme. Querías cerrar más bares porque era viernes? Querías herirme? Que te demostrara si me importas interesandome por ti? Nunca lo sabremos.
Tampoco sabrás nunca los dolores que has causado. Ni siquiera la existencia de estas letras para ti. No lameré tus brazos. No comprobarás mis cicatrices. No creo que mereciera la pena. Tanta pena.
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