jueves, 6 de diciembre de 2012

Era 24 de septiembre y hacía un frio del carajo. Acababa de aterrizar en una ciudad nueva, era el día antes de un día que me encanta y que detesto, y estaba allí, en una parada de bus que ni siquiera sabía si era la correcta. Ga me había llamado en el viaje de ida, desde el metro, y como una tonta, se me cayó una lágrima al escuchar el "...tengan cuidado con introducir el pie entre coche y andén". Todavía tenía lágrimas atravesadas en la garganta, haciendo bulto detrás de las (nuevas) lentillas. 

Ya era casi de noche, no entendía nada. no sabía nada. No conocía a nadie. Y ya que no le había visto a él (la única persona que podría salvarme, aunque nunca lo haga...esa estúpida manía), me daba absolutamente igual que se me escurriera el rimmel en un triste río negro. 

sonó esta canción y dije "soy yo. Es para mi". Y fue como un abrazo. 

Y el frio y los churretones de rimmel todavía no se me han quitado del todo. 


Si salimos de ésta,te juro que no haré ni un gesto de emoción.Bastante duro ya ha sido,como para darle encima la satisfacción.Tendremos que continuar,y aguardaremos en la fila donde cambian la ansiedad,por ciclos de suerte más normal.¡Tampoco pides más!Son tantos los días de impaciencia,casi una eternidad.Si el volante se ha roto,y salir por la ventana es la única elección.Si son desiertos de fango,de aquellos que a cada paso es un millón.Tú saldrás de ésta, créeme,y pronto entonarás pequeños cánticos,y en algún bar apartado,ahogaremos al espanto y nos pedirá perdón.Tu ansiedad, cederá.Como el rastro de una avión, se esfumará.Si tras el naufragio hay tempestad,nadie desertará.Tú sube a cubierta y ya verás,mil comandantes más.No baja nadie, no huye nadie,mil comandantes, que harán de viento y tú,harás de mástil, no será fácil,pero si ganas, habrá valido por dos.

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