Era verano y yo era feliz. Y puede que estuviera un poco enamorada. Ya no lo recuerdo.
Estaba en aquel estudio, lleno de gente, corriendo de un sitio a otro. En tensión, como siempre que trabajaba allí.
Ella era más guapa de lo que imaginaba, y él. educado y cortés.
No es que me guste demasiado su música, pero aquella canción (que yo les había pedido, a ellos y al mánager) me hizo pararme en seco. Y disfrutar de aquel momento.
Cuando suba la marea.
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